Su estilo está marcado por el blues y el soul.
Chloé Silva cautiva por su ingenio y talento al darle vida a su EP (Extended Play) titulado `Too bad', con el cual prueba suerte en la música ecuatoriana, y le recuerda que nada va tan mal.
Escuchar a Chloé Silva Fougères es hacer un viaje en el tiempo, pues su estilo tiene aires de los años 50 y su voz transmite un alma vieja y un sonido seductor. En la producción musical cuenta la historia de una relación echada a perder, con lenguaje y técnicas más contemporáneas que su simulado sonido de disco de vinilo.
La artista de 23 años nació en Guayaquil y actualmente vive en Cuenca. Hace más de un año empezó a preparar su primer EP llamado 'Too bad', en el que de forma artesanal le dio vida a su música desde la privacidad de su habitación con su celular.
Chloé se proyecta también en el mercado anglosajón, pues desde niña su familia se mudó a Estados Unidos donde aprendió inglés, además, vivió en Francia por lo que tiene influencias sonoras extrajeras. “Siempre pensé que hacer música en inglés podría no gustar del todo en Ecuador, me equivoqué”.
Aun así, su cultura latina sigue viva, pues en Cuenca ha encontrado su refugio; en Guayaquil, el amor; y en cuanto se pueda, viajará a Quito para empezar su carrera musical en una universidad especializada.
Así creó Too bad
Chloé llevaba un par de años haciendo canciones con su celular. Grabando las voces desde su habitación y usando programas que crean beats que le llegan a su cabeza (específicamente GarageBand). Sabe tocar el piano y su talento vocal es un don. Por eso tiene ciertos conocimientos musicales que le facilitan hacer sus temas con su iPhone.
Así comenzó a compartir canciones en Soundcloud, plataforma que funciona como red social solo para archivos de audio. Allí hay demos, covers y ediciones antiguas de Bad coop, su primer sencillo.
Too bad habla de una relación que ya no hace bien y todas las etapas en las que te das cuenta de eso. “Duele mucho estar con alguien y sientes que te aburres y ya no eres tú. Siento que las canciones son muy emocionales y tomé referencias de historias que me pasaron a mí o amigos. Son diferentes cartas de amor”, explica mejor.
Este EP tuvo como productor a José Rosero y como masterizada a Gus Blacio, desde Guayaquil. Sus pensamientos y lado creativo salen a flote en inglés, por eso siente que el español es un reto a la hora de escribir canciones.
“No es mejor cantar en inglés o algo similar. Es simplemente que es más cómodo y orgánico para mí. Me daba miedo sacar algo en este idioma porque pensé que no le gustaría a la gente. Tenía mucha inseguridad sobre eso, por eso demoré en hacer este EP”, dijo Chloé.